‘GALLITOCASTADO’
Fue uno de los lanzadores más consistentes y corajudos de su generación en el béisbol invernal. No había un brazo más confiable que el del ‘gallito castado’ de los Criollos de Caguas.
El nombre de Francisco Javier Oliveras está en los libros de historia del béisbol puertorriqueño. Aunque nunca se pudo establecer en las Mayores, el derecho de Yabucoa dejó su legado durante las 20 temporadas que participó en el torneo invernal.
Oliveras, quien hoy tiene 54 años y trabaja como instructor en la Puerto Rico Baseball Academy, es uno de los lanzadores con más triunfos en la historia del béisbol invernal.
Sus 66 victorias lo ubican empatado en la décima posición entre los lanzadores más ganadores en la pelota puertorriqueña con Jesús Hernaíz.
Fue un lanzador que lo dio todo por su causa desde su debut en el béisbol organizado. Con 18 años y 5'10” de estatura, Oliveras debutó con los Criollos en la campaña 1980-81, aunque su actuación fue corta (6.1 entradas).
En la temporada siguiente demostró lo que muchos pensaban: que sería un lanzador fuera de serie. Terminó con marca de 4-1 con 4.13. En las próximas tres temporadas, tuvo foja de 23-7 con efectividad de 3.68 con los Criollos.
“Tengo bonitos recuerdos, principalmente los campeonatos que tuve con los Criollos de Caguas y también con los Cangrejeros de Santurce. Todo lo que pasó por mi vida a mi corta edad lo recuerdo bien”, dijo Oliveras, quien se retiró en la temporada del 1999-2000.
“Recuerdo todo lo que pasó en la liga de Puerto Rico. Mi primer año tuve marca de 4-1 (1981-82). También recuerdo cuando me montaron en un avión para ir a Mazatlán a la Serie del Caribe como refuerzo (1985). Me llevó Mako (Oliveras) -dirigente de los Metros de San Juan-. Allí comenzaron mis actuaciones en las Series del Caribe. Después de eso tuve como seis o siete más”.
polémica final. Oliveras hizo un alto en la conversación con El Nuevo Día para transportarse al 1987, cuando fue testigo de varios inusitados hechos. De inmediato le vino a la mente el sexto juego de la serie final del 1987, cuando los Criollos de Caguas lograron agenciarse el título nacional al vencer a los Leones de Ponce en un polémico partido.
En una lluviosa noche, el partido tuvo que ser detenido luego de que se fuera el servicio de energía eléctrica en el estadio Yldefonso Solá Morales.
Los jugadores de ambos equipos tuvieron que permanecer en el estadio hasta la madrugada en espera a que se continuara el partido, o se declarara ganador a los...
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