Gane quien gane, todos perdemos

GAZIR SUED

DOCTOR EN FILOSOFÍA

La moraleja era predecible. A todas cuentas, a la industria del cine comercial siempre le procura riquezas la manoseada formula: La víctima, abusada y sufrida, se levanta y enfrenta al que abusa y hace sufrir; sea a su favor o por quien le es querido. Pero la idea pronto me pareció absurda. En la película, las víctimas humanas resisten a los monstruos y luchan incansablemente por prevalecer; mientras que en "nuestra" realidad, éstos pertenecen a "nuestra" misma especie, y la naturaleza de su monstruosidad está hecha de la misma gente que, gane quien gane, siempre pierde...

Descartada la relación simbólica entre la película de ficción y la realidad política, no deja de preocupar que gran parte de la población participa de la contienda electoral como si se tratase de una trifulca a muerte entre dos monstruos, en esencia y apariencia, diferentes. Más aún durante el tiempo de campaña electoral, cuando la masa popular se bifurca y religiosamente imagina al "Otro" como pérfido y demoniaco adversario; lo tipifica y nombra enemigo; y lo trata como si se tratase de un monstruo; aunque cada uno comparte...

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