Hay garra boricua en el Cibao

Los camerinos de los peloteros caribeños son generalmente alborotosos y bullangueros. Pero este invierno el vestidor de las Águilas Cibaeñas en el Estadio Cibao tiene un ingrediente adicional para encender aún más el ambiente trasbastidores.

Seis puertorriqueños, incluyendo peloteros, técnicos y personal del equipo, forman parte de la legendaria franquicia de las Águilas en esta campaña invernal de la Liga de la República Dominicana (LIDOM) en un hecho pocas veces visto en el torneo de dicho país.

Debido a la situación de emergencia ocurrida en Puerto Rico por el paso del huracán María, el torneo nacional tuvo que ser pospuesto para enero, lo que le permitió a los otros países de la Confederación del Caribe reclutar talento boricua hasta el 31 de diciembre.

Dominicana fue uno de los países que más benefició, en especial las Águilas Cibaeñas, que dentro de unos días recibirán también a otro boricua: el toletero Kennys Vargas.

“Me siento bien contento y nos sentimos bien por acá. Nosotros (boricuas) tenemos talento. Siguen llegando elementos”, dijo por ejemplo Lino Rivera, quien es el dirigente de la novena aguilucha.

Rivera encabeza la delegación borincana en esta ciudad que respira puro béisbol y que se distingue por su intenso regionalismo. Junto al cotizado mánager se encuentran el entrenador de lanzadores, David Rosario, y los jugadores Jorge López, Giovanni Soto y Reymond Fuentes. También lo hace el trainer Carlos Román.

Hasta hace unos días estuvo el lanzador Joseph Colón, pero éste fue dejado libre para que pudiera lanzar en México. En unos días llegará Vargas.

“Estoy seguro que entre más jugadores hayan disponibles, esto se sigue llenando de puertorriqueños. Eso significa que el béisbol puertorriqueño sigue empujando y por eso me siento contento”, agregó un entusiasmado Rivera.

Rivera, quien en la temporada 2015-2016 dirigió a los Tigres del Licey, indicó que los peloteros de ambos países se han integrado rápidamente. El hecho de que muchos de ellos han coincidido en el béisbol organizado de los Estados Unidos ha facilitado las cosas.

Dominicanos y boricuas comparten en franca camaradería desde tempranas horas de la tarde en su vestidor en el estadio cibaeño. La música es un elemento importante. Ahora el merengue se mezcla con la salsa para darle un toque único al ambiente.

“Aquí escuchamos también nuestra salsita. Nos dicen: ‘oye nene’ y empiezan a jod..... O nos dicen: ‘oye, ponle salsa a los boris’”, agregó Rivera entre risas.

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