Generación

Angélica Pla

"Yo, el supremo", "El señor presidente", "El otoño del patriarca" lanzaban, entre otras producciones literarias con similar tema, más de una vena abierta en el discurso mental y emocional. Cuando comenzaron a emerger las democracias respiramos con alivio al observar cómo los trajes militares parecían difuminarse tras la imagen civil de los nuevos mandatarios. En otras palabras, bajamos la guardia.

La autoridad como actividad torcida de un pensamiento indiferente al dolor y a la pobreza se ha colado, como un "wedding crasher". Causa la crisis para luego justificar el recogido de banderas: después del desastre del 911 nos han puesto cámaras y rastreos insondables a las travesías por Internet, para colmo, con el consentimiento que otorga el corazón sobrecogido por el miedo; endeudaron el país de nuestros chornos y la solución para levantar la economía es dejar en la calle a quienes no se sentaron en la mesa donde se acordaron esas deudas.

El contorno de los nuevos yoes supremos no se...

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