Tras una generación que conoce de lejos a Dios

Por Libni Sanjurjo

Para El Nuevo Día

La interrogante comenzó a inquietar al reverendo William Hernández cuando descubrió la mengua de las últimas generaciones en su congregación. Había que hacer algo. "Veía que si seguía con lo que estaba haciendo, iba a terminar sin iglesia", reflexionó Hernández, con grados académicos en teología y graduado de ingeniería mecánica en la Universidad de Puerto Rico.

Decidió entonces investigar y escribir el libro "La gran convergencia", donde identifica las diferencias generacionales para concienciar sobre la necesidad de nuevos métodos y estrategias para no perder ninguna. Para ello, apuesta a la gran convergencia entre éstas: Dios.

"Después que Josué conquistó, se levantó una generación que no conocía a Dios. ¿Qué pasó? Se olvidaron que había unos niños, unos jóvenes, que necesitaban conocer eso. Al no pasarle el batón de la dignidad, de los valores, de la ética, perdieron el sentido, y fue una generación que no conocía a Dios. Pero el 97% de la población es cristiana, según un estudio de Pew Research", dijo. "Aquí todo el mundo se llama cristiano, hay muchas iglesias, pero de decir ser cristiano a serlo, hay una diferencia. ¿Cuántas están cumpliendo con lo que realmente Dios quiere? Si todos los que se llaman ser cristianos fueran realmente cristianos, Puerto Rico fuera un edén. Hernández describe las diferencias entre cinco generaciones -las grandes generaciones, Baby Boomers, X, Y y Z-, expone que coinciden en la fe en Dios y detalla las cuatro características esenciales que debe tener cada generación: entereza de carácter, perspectiva correcta, asumir...

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