'La gente estaba aterrorizada'

Por Limarys Suárez Torres

lsuarez1@elnuevodia.com

De momento, sin que nadie se lo esperara, la violencia que azota al país día a día y noche a noche hizo su abrupta aparición en lo que un instante antes era una alegre fiesta de comunidad.

El reloj marcaba cerca de las 7:40 p.m. cuando se escuchó una ráfaga de potentes tiros y los que antes bailaban, disfrutaban y jugaban comenzaron a correr, llorar y gritar.

"De momento esto parecía Bagdad", dijo Luis Rivera, vecino del lugar.

Según la Policía, desde un Toyota Yaris alguien disparó contra una familia que le celebraba el cumpleaños a una niña de diez años en la acera aledaña al parque. Fueron baleadas las hermanas Yeisa y Yarelis Berríos Andino, de 27 y 31 años, las cuales murieron horas después en distintos hospitales.

También resultó herida la cumpleañera, Yaire Michelle Camacho Berríos, hija de Yarelis, y Josué Berríos Andino, también de 27 años, hermano de las occisas, supuesto blanco del ataque y quien tiene récord criminal por Ley de Armas.

Otros dos jóvenes resultaron heridos: Jesús Aponte Eliza, de 19 años, y Orlando Meléndez Crucett, de 26 años.

Los asesinos intentaron huir, pero en la congestión de tránsito producto del torneo de softbol alguien los alcanzó, sacó a uno de los sujetos del carro, le quitó la máscara con la que se cubría el rostro y lo ejecutó en plena calle.

Este muerto resultó ser Esteban Ayala Pérez, de 24 años, alias Pirito y de quien se cree que fue el que disparó contra los Berríos, conocidos como Los Beltis. Dos sujetos que lo acompañaban huyeron a pie y no se ha vuelto a saber de ellos.

Para los cientos de personas presentes en el parque y sus alrededores, la mayoría de los cuales no tenía nada que ver con las riñas que hicieron a los otros batirse a tiros en plena calle, el suceso fue una experiencia aterradora.

"El pánico me arropó. El juego era de cinco entradas y estaban en la cuarta cuando se escuchó el pra, pra, pra, pra corrido. Mis dos nenes estaban en el terreno jugando", relataba ayer Rubén Castro, yerno del hombre para el cual se recaudaban fondos en el torneo.

"Me volví loco porque uno de ellos (los hijos), el de 15 años, estaba en primera base, cerca de donde venían los tiros y mi otro nene, que estaba en el jardín izquierdo, brincó la verja para el pastizal buscando protegerse. Hubo gente que se desmayó y muchos comenzaron a llorar porque en ese momento uno pierde de vista a los suyos al correr", agregó Castro.

Las frituras, las bebidas, los...

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