Golpe a la obra de Britto

Por Carmen Graciela Díaz

Especial El Nuevo Día

Dos expertas en arte coincidieron que la copia hasta la saciedad de los productos originales de este artista supone diversos efectos negativos en su nombre y obra. Basta con echar un vistazo a través de las calles para constatar que un sinnúmero de hombros exhiben las carteras de Britto, entre otros productos, que si bien pueden ser auténticas, otras tantas no lo son.

"Desgraciadamente, todo artista que se aventura en el mundo de la moda corre el riesgo de que se le copien sus productos en producciones baratas para alimentar una curiosidad masiva. Este es, si se quiere, el precio de la fama", expuso Lilliana Ramos Collado, curadora del Museo de Arte Contemporáneo (MAC).

Según Ramos Collado, el hurto de la propiedad intelectual de Britto afecta adversamente sus ingresos. "La marca distintiva de un artista es suya y cualquier usurpación ilegal de esa marca va en detrimento del artista y su obra en lo que se refiere a su derecho propietario", enfatizó.

La licenciada Frances Santiago, especialista en derecho de arte, mencionó que esta situación le genera a Britto contrariedades respecto a su cuerpo de trabajo.

"Britto enfrenta que se devalúe su imagen artísticamente porque lo que se ve por ahí no son necesariamente creaciones de él, sino reproducciones de pobre calidad o hasta mezclas de pedazos de obras suyas con reproducciones", dijo la abogada al aclarar que, en el mundo, existen casos iguales para los cuales no se han ejecutado demandas.

De hecho, Santiago denunció que en Puerto Rico "hay tiendas por departamento que venden a precios descabellados seudoserigrafías del artista Alfonso Arana".

La mutilación de la obra de un artista, en este caso Britto, y la proliferación de su imagen sin su autorización no favorece a su línea de productos, de acuerdo con Santiago. "Al inundarse el mercado con la imagen que la gente piensa que es de Britto, sus obras originales, lienzos y esculturas sencillamente no se pueden vender", afirmó.

Y es que, en esta historia, Britto no es el único que sufre secuelas de cara a su obra.

"Los galeristas que tienen obras de Britto no las pueden vender porque nadie desea comprar una pieza en el justiprecio (lo que vale en el mercado) ya que el mercado se ha lacerado con una imagen falsa. Por eso, su obra se ha devaluado y el comprador no quiere invertir en el original", explicó Santiago.

Una vez en el mercado, el artista puede experimentar innumerables situaciones...

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