Golpes más fuertes

En cuestión de días, la Junta de Supervisión Fiscal anunciará que el gobierno no ha alcanzado los ahorros prometidos como parte del plan fiscal y recomendará que a decenas de miles de empleados públicos se les recorte un día a la semana en su jornada de trabajo y se le elimine el bono de Navidad.

Se acerca, pues, con rumor de tropas formándose en lo profundo de una noche para embestir a una ciudad, la hora hasta este momento más crítica de esta larga pesadilla que vivimos a causa de la insolvencia del gobierno, provocada por décadas de actuaciones irresponsables de los gobernantes que ahora andan dando cátedra desde las gradas de cómo hacer lo que ellos no pudieron cuando estaban en el trono o enriqueciéndose todavía más con los contactos ganados mientras gobernaban.

Podemos respirar aliviados si somos de los pocos que ni trabajamos en el gobierno ni tenemos a ningún querido que lo haga. Pero eso no nos librará de las reverberaciones que va a tener sobre todo el país este desenlace. La reducción de jornada y la eliminación del bono de Navidad va a tener el efecto de una potente bomba cuyas ondas expansivas nos sacudirán a todos, trabajemos o no en el gobierno.

Un día menos de trabajo a la semana para todos los empleados públicos, menos los policías, supone una reducción de 20% en el salario de estas personas. Si el golpe, como se prevé, toca a todos menos a los policías, serán cerca de 100,000 los afectados directamente.

Visualice que, de la noche a la mañana, esa inmensa cantidad de compatriotas van a tener que aprender a vivir con 20% menos de salario. El que ganaba $2,000, va a ganar $1,600. El que ganaba $3,000, va a ganar $2,400. Visualice todo lo que dejará de comprar, pagar, gastar, el que tenga que vivir de la noche a la mañana con una quinta parte menos de su salario. Visualice las que pasará un matrimonio en que ambos sean empleados públicos, como hay tantos.

Saque cuenta y visualice por un momento que es a usted al que le pasa esto y vea si no se le corta la respiración. Visualice las casas, escuelas, carros, préstamos, que no se podrán pagar. Visualice lo que habrá que ahorrarse en compra, la visita al médico que se dejará para después, el carro con las gomas en el alambre. Visualice el efecto del dinero que estaba y ya no va a estar en el negocio privado en el que usted trabaja. Visualícelo en una economía sobre la cual ya algunos vaticinios dicen que experimentará contracciones superiores al 10% en los próximos años.

Es, de...

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