Desde las gradas

SILVERIO P?EZ

HUMORISTA

Por eso, a diferencia de otros pa?s, incluyendo a los Estados Unidos, no son las clases marginadas las que est?excluidas del proceso eleccionario, sino personas profesionales, educadas y j?es que han concluido que no vale la pena participar del un circo electoral que no resuelve nada. Eso surge claramente de una reciente encuesta privada realizada exclusivamente con gente que llena todos los requisitos pero no ha votado en las ?mas elecciones. Este ej?ito de decepcionados ya va por encima del mill?e personas. Est?en las gradas, viendo lo que sucede en la cancha, con aburrimiento, decepci? hast?

Hay dos mecanismos sicol?os que usamos para distanciarnos de ese drama que nos afecta pero nos sentimos impotentes de afectarlo. Uno es la enajenaci?otal. "No quiero saber nada de pol?ca". "El d?de las elecciones mejor me voy a la playa". El otro es el cinismo. "Nada vale la pena". "Todos son iguales". "Estoy por encima de ese juego pol?co y nada ni nadie me va a convencer".

La presente situaci?el Pa?reclama con urgencia sacar a ese mill?e personas de las gradas, o por lo menos, a la mayor cantidad de gente posible. La tentaci?e quedarse observando sin participar es grande. Los dos partidos principales luchan por el mismo espacio pol?co: la derecha. Los candidatos que se perfilan, de ambos bandos, no vienen con nada en la bola que no sea el qu?te t?' ponerme yo y los llamados l?res pol?cos siguen partiendo de la premisa de que la gente es bruta y se traga cualquier tonter? Esta semana H?or Ferrer volvi?elaborar la teor?de que puede haber una...

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