Su gran derrota fue ante la soberanía deportiva

Desde el lado de la trinchera deportiva, la figura del fenecido exgobernador de Puerto Rico, Carlos Romero Barceló, y los recuerdos de mil batallas que trascendieron la frontera del olimpismo no son olvidados por quienes vivieron esa época.Ni siquiera cuatro décadas después de los encontronazos más encarnizados que protagonizó el líder político con la cúpula del movimiento olímpico de la época.En cambio, las opiniones están divididas entre varios entrevistados, sobre cómo describir al licenciado Romero Barceló durante su incumbencia como primer ejecutivo del país: si como enemigo del deporte per se, o como alguien que en realidad enfilaba su ofensiva hacia todo aquello que él pensara que se interponía a su ideal de la estadidad para la isla.Una cosa u otra, tuvieron un mismo resultado. El polémico líder político del Partido Nuevo Progresista (PNP) se echó de enemigos a muchos deportistas, y hay quienes coinciden que irónicamente, el más acérrimo rival del movimiento olímpico nacional, fue quizás un motor impulsor para que la pasión por la defensa de los postulados de la soberanía deportiva se encendieran aun más, al punto de quedar instituida por ley luego de las mayores controversias protagonizadas por Romero Barceló con el sector deportista."No sé hasta donde afectó la oposición, la agresividad y el abuso desde las posiciones que Carlos Romero tenía, pero yo no creo que hacía nada en contra del deporte ni creo que era enemigo del deporte. Lo que pasa es que era fanático de la estadidad", expresó el licenciado Osvaldo Gil Bosch, expresidente del Copur, pero quien figuraba como vicepresidente durante la incumbencia de don Germán Rieckehoff Sampayo, quien fue la figura que ante la palestra pública tuvo las más recias batallas con Romero Barceló."Yo tendría que decir que Romero nunca dejó, sin importar su cargo, de ser un defensor de sus ideales políticos".El analista político y profesor del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, Ángel Rosa, coincidió por separado en que no necesariamente habría que llamarle enemigo del deporte, sino de todo lo que representara un estorbo para su ideal de estadidad.Los grandes enfrentamientosAparte de la exigencia que hizo Romero Barceló al comité organizador de los Juegos Panamericanos San Juan 79, para que se entonaran durante la ceremonia de apertura los dos himnos, el de Puerto Rico y el de Estados Unidos, así como se izaran las dos banderas, hubo otros enfrentamientos porque...

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