UNA GRAN NOCHE

Por Carmen Graciela Díaz

Especial El Nuevo Día

El público del ColiseoJosé Miguel Agrelot -que ocupó una versión reducida del recinto- vibró ayer ante el artista que empezó la cita a las 5:10 p.m. Desde arena y las gradas, muchos lo señalaban emocionados y en cuanto escucharon las primeras notas de Mi gran noche, los coros y los vítores no se demoraron con la canción que le da nombre a esta gira que lo trae a este país dos años después de su última presentación.

Y si bien el público se gozó esta interpretación desde que inició, en cuanto salieron los visuales de un Raphael joven bailando en la pantalla ubicada al centro hubo celebración en la audiencia. Quizás les recordó aquel tiempo en sus vidas.

Mientras cantaba Despertar el amor, su característico histrionismo estuvo a flor de piel cuando salió momentáneamente tras dar miradas dramáticas que acentuaban dicha letra, para entonces regresar por más aplausos. Es que nada más verlo entrar y su público lo aplaudía.

"Señoras y señores, estoy feliz de estar de nuevo en Puerto Rico", expresó antes de cantar Digan lo que digan y de pedir un aplauso colectivo para su atinada banda.

El negro fue, como en otras ocasiones, parte de la puesta escénica del "Niño de Linares", que empezó la velada con una chaqueta que prontamente se quitó para quedarse más liviano al desplazarse por la tarima.

Hoy mejor que mañana, canción de su primera película como recordó, dio paso para interpretar Cuando tenga mil años. Aquí y durante todo el espectáculo las luces tuvieron un papel protagónico tanto en los momentos más dramáticos como en aquellos más sutiles, como se probaría en Nada y Ella.

Si se pregunta con qué imagen asociamos a Raphael, cada quien puede mencionar un gesto diferente del repertorio. Pero la sonrisa que por los aplausos da "gracias" con sus brazos extendidos es uno de esos gestos de su sello escénico, como dejó ver en La canción del trabajo.

"Hay canciones que tardan mucho en explotar, otras que lo hacen inmediatamente", dijo al advertir que la que estaba por cantar pertenecía al renglón de las inmediatas: Provocación.

Le va bien el...

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