Grande y pequeño

JORGE NOGALES MARÍN

PSICÓLOGO CLÍNICO

En mi opinión, once millas más de largo y cinco más de ancho no cuentan tanto como asomarse desde la cima de cualquier monte en la isla, mirar en una y otra dirección y darse cuenta que Puerto Rico es lo suficientemente grande para no sentirse pequeño.

Puerto Rico es también lo suficientemente pequeño para sentirse feliz. No sé si otros han tenido la experiencia de sentirse perdidos y desolados en las interminables llanuras de Florida o Texas. Así como se pierde la vista en estos parajes, uno siente también que se le pierde el alma. No así en Borinquen, donde siempre están cerca las montañas y el mar, creando un marco natural, un paisaje acogedor, a la medida de lo humano.

Puerto Rico es un paraíso. Lo han repetido nuestros poetas y compositores, "el terruño borincano, que es reflejo del perdido paraíso terrenal". Nuestra gente también es buena, a pesar de los grandes males que nos aquejan. Quedan reservas abundantes de cariño, alegría y esfuerzo. Como al amigo cantautor, también "a mí me gusta mi pueblo, a mí me gusta mi gente".

Lo que no sirve y cada vez está más podrido, es el desorden político, económico y social. La gran tarea que compete a todos es construir una sociedad generosa, equitativa y libre...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR