Grandes pasos desde el 'pequeño mundo'

Por Lilliam Irizarry

Lilliam.Irizarry@gfrmedia.com

Y es que en José se conjugan la capacidad para la imaginación, la ingenuidad y el asombro con la convicción de que la paternidad, más que una obligación o un sacrificio, es un goce emocional, un desafío creativo y hasta un compromiso social.

"Yo nunca dejé perder mi niño interior y ese es el que me da la energía para compartir y jugar con mis chiquillos. Quiero que me vean no solo como el papá que los educa y les pone disciplina, sino como el papá que goza y hace travesuras con ellos", señala el artista gráfico sobre Mariana, de siete años, y Guillermo Andrés, de cinco, actores principales de su página web PiccoloMondoPR.com.

La página cibernética -en la que se comparte información, vídeos y fotos de actividades que se pueden realizar con niños- es una clara muestra de cómo la diversión está al alcance de todos a través de la exploración de la naturaleza y la imaginación. Allí presentan desde los disfraces de familia Lego que construyeron durante cuatro días con cajas de cartón y con los que recorrieron Plaza Las Américas el día de Halloween hasta reseñas de películas infantiles o ideas de cómo adornar el árbol de Navidad.

Según José, la fuente de inspiración mayor para sus inventos son los juegos, películas y actividades de su infancia. "Yo he querido enseñarles todas las cosas que yo disfruté cuando chiquito para que ellos sepan cómo yo fui de niño. Ellos siempre te ven como adulto, pero no saben que también fuiste niño".

Aunque PiccoloMondo -nombre en italiano que significa "pequeño mundo"- nació hace tan solo dos años, su génesis data de cuando José y su esposa y cómplice Mariel Quiñones acordaron documentar el proceso de crecimiento y aprendizaje de sus vástagos.

Cuando Mariana llegó al mundo, la pareja decidió que, en lugar de llevarla a un centro de cuido, José se encargaría de cuidarla en la mañana y Mariel en la tarde, pues querían acompañarla en esos primeros años de vida tan importantes.

Fue precisamente durante esas ajetreadas horas mañaneras que José comenzó a usar su florido ingenio para, por ejemplo, entretener a la pequeña convirtiendo una caja de cartón de nevera en un kiosko de Piñones donde vendían frituras de mentira. Cuando nació Guillermo Andrés, se multiplicaron sus tareas hogareñas y, por supuesto, su imaginación.

"Como yo todo lo documento, empecé a subir a las redes sociales las fotos de las actividades que hacíamos y a la gente les...

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