La guagua donde todo inició

Por Rut N. Tellado Domenech

rtellado@elnuevodia.com

Mientras caminaba rumbo al plantel veía cómo le pasaba por el lado la guagua que proveía el gobierno del condado a los niños blancos para llevarlos a una escuela nueva, a la que los negros no podían entrar.

"Yo veía el autobús pasar cada día", dijo algún tiempo después la mujer que sería conocida por su nombre de casada, Rosa Parks. "Pero para mí, así era la vida, no tenía más remedio que aceptar lo que era la costumbre. El autobús fue uno de los primeros modos en que me di cuenta de que había un mundo negro y un mundo blanco".

Al conocer esta anécdota, no es de extrañarse que la llama que encendió la lucha contra la segregación racial en Estados Unidos comenzara precisamente en una guagua pública.

El 1 de diciembre de 1955, después de un largo día de trabajo como costurera en una tienda por departamentos en Montgomery, Alabama, Rosa Parks se subió al autobús Cleveland Avenue para regresar a su hogar.

En aquel entonces, las leyes Jim Crow ordenaban la segregación de personas blancas y negras en escuelas, zonas residenciales, trabajos y lugares públicos. Los autobuses no eran la excepción; se les trazaba una línea a la mitad del vehículo, de modo que los blancos viajaban a la parte delantera mientras que los negros iban atrás.

Parks se sentó ese día en los primeros asientos correspondientes a los negros, cerca del centro del autobús. El vehículo se fue llenando de pasajeros blancos. Para dar espacio a más caucásicos, el chofer pidió a cuatro afroamericanos que cedieran sus asientos. Tres lo hicieron, pero Parks se negó a ceder y permaneció sentada.

El chofer llamó a la Policía, que...

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