Una guerra al descubierto

Por Carmen Graciela Díaz

Especial El Nuevo Día

Sin embargo, cuando el conflicto se traslada al lienzo como lo hizo el pintor puertorriqueño Francisco Oller y Cestero con la pieza "La Batalla de Treviño", el espectador tiene frente a sí un documento histórico y una inimaginable belleza en la recreación de la escena.

Esa experiencia de emocionarse ante una pintura, de cuya existencia no se tenía conocimiento por años, será una realidad el próximo jueves 14 de julio a las 6:30 p.m., cuando el Museo de Arte de Ponce devele la obra que integró la colección privada de una familia en España por más de 100 años.

Para el doctor Agustín Arteaga, director y principal oficial ejecutivo del museo, esta obra fue "un gran pretexto para Oller hacer un pintura como nunca había hecho". Con emoción por el significado de esta adquisición, tanto para la colección de la institución museística como para los puertorriqueños, Arteaga observa que esta es quizás la pieza maestra del pintor nacido en Bayamón en el 1833.

Sus medidas de 37 x 67 pulgadas dan cuenta de una de las obras de mayores dimensiones que se conoce de Oller.

"Él tiene muchas naturalezas muertas, muy bellas, muchos retratos y paisajes, pero solo existe una obra de esta talla que tiene las características de una gran obra de museo", expone sobre el trabajo adquirido en el 2010, luego de aproximadamente dos años de negociaciones.

"La Batalla de Treviño" captura una de las escenas de las guerras carlistas del siglo XIX en España, los enfrentamientos civiles entre los partidarios de Carlos de Borbón (carlistas o absolutistas) e Isabel II de España (isabelinos liberales) para suceder al padre de esta, Fernando VII.

En este óleo sobre tela, creado en 1879, Oller se situó en los acontecimientos del 7 julio de 1875 -un día como hoy- cuando las tropas liberales, lideradas por el coronel Juan Contreras y Martínez (amigo de Oller, a quien conociera cuando este vino a la Isla en la década de 1850), enfrentaron victoriosamente al ejército carlista.

"En esta pintura se observan dos preocupaciones del artista: la intención de contar un hecho histórico que será un hito de la transformación política del momento y, por otra parte, que se le reconozca como un pintor de la corte", señala Arteaga sobre la pieza realizada durante una estancia en Europa cuando Oller fue nombrado pintor oficial de la corte española del rey Alfonso XII, hijo de Isabel II.

En este trabajo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR