A la guerra sin generales

En una conversación reciente, a distancia, como tienen que ser las charlas en estos días azarosos, un amigo y este servidor nos preguntábamos qué se nos estará queriendo decir a los boricuas con la seguidilla de catástrofes que hemos tenido que enfrentar en los pasados dos años y medio: el huracán María en septiembre del 2017, los terremotos de principios de enero de 2020 y ahora la pandemia global del coronavirus.La lista de posibles respuestas, obviamente, es larguísima. Enciclopedias podrían ser escritas sobre todo lo que se nos hizo saber con la devastación de María y su espantosa secuela cortesía de la incompetencia de los gobiernos de Puerto Rico y Estados Unidos. Un apéndice de aquel espeluznante capítulo lo vivimos después cuando la tierra empezó a temblar en enero, sobre todo en el sur, pues más o menos la misma gente estaba a cargo y las víctimas pasaron días a su suerte, mientras la respuesta oficial, cuando llegó, vino envuelta en tufo a campaña política.Llega entonces la pandemia del coronavirus, que empezó a guiñarnos el ojo desde China a finales del año pasado. Cuando al fin plantó bandera aquí, el coronavirus nos trajo la más insólita de todas las experiencias. El mismo día en que sonó el primer disparo -el primer caso positivo, divulgado el viernes 13 de septiembre- rodó por las baldosas de La Fortaleza la cabeza del funcionario que se supone fuera el general de esta batalla, el hasta esa noche secretario de Salud, Rafael Rodríguez Mercado, quien fue despedido por la gobernadora Wanda Vázquez.Unos días después, y luego de un escandaloso ramillete de papelones públicos, desapareció del panorama la lugarteniente de Rodríguez Mercado, la epidemióloga del Estado, Carmen Deseda, quien estuvo más de una semana fuera del ojo público hasta que ayer se supo, casi por casualidad, que hace días renunció discretamente.Entonces, ayer, por razones envueltas en brumas, renunció abruptamente Concepción Quiñones, la jefa de Salud a la que la gobernadora Vázquez designó en carácter de interina tras la salida de Rodríguez Mercado hace menos de dos semanas.En resumen: en momentos en que Puerto Rico enfrenta la peor pandemia de los últimos 100 años, el aparato público que se supone nos protegiera y nos guiara, durante la tremenda turbulencia de este tiempo, se deshizo como humo en el aire.Nos pasó como al que compra un perro para que vele la casa y el animal sale huyendo y chillando la primera vez que tiene enfrentar un ladrón.Cuando por causa...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR