Del guetto al paraíso

Por Ana Teresa Toro y luis r. trelles.ana.toro@elnuevodia.com

diseño iBSEN pERALTA

Si se trata de percepciones en el exterior, Puerto Rico se enmarca dentro del estereotipo mundial en torno a lo que es el Caribe; esos dos grandes contrastes que presentan ante el mundo la realidad isleña como la meca del placer o de la perdición. La historia y -sobre todo- el modo en que se ha narrado lo han propiciado y vamos, la verdad sea dicha, tampoco los estereotipos aparecen en el vacío. Sí nos aquejan esos males sociales, sí nuestras playas son hermosas y sí con esos estereotipos jamás se logrará narrar la realidad. Pero más allá de esos paradigmas, ¿cuánto ha aportado nuestra producción cultural a la construcción de esas ideas? ¿Hemos superado el boricua de gangas neoyorquinas de West Side Story? ¿Es la imagen del reguetonero de moda, de Ricky Martin o de la actriz boricua que se destaca en Hollywood nuestra bandera cultural?

Estas son preguntas de un debate infinito, pero que cada cierto tiempo hay que revisar. Sobre todo a la luz de sucesos recientes como el debate público que suscitó la línea "Soy puertorriqueño, debo ser bueno vendiendo drogas" que un personaje interpretado por el boricua Amaury Nolasco dijo en una -ya cancelada- serie de televisión estadounidense. O como la fuerza que ha cobrado el grupo Calle 13 en América Latina, con sus letras de contenido social y político y sus comparecencias junto a mandatarios latinoamericanos que a lo lejos ofrecen un aire más diplomático que musical.

"La hipersexualidad, la onda festiva, la gran pasión amorosa es un imaginario que aún permea con respecto a nuestros productos culturales", opina el experto en medios y profesor de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, Mario Roche Morales.

Esa imagen, abunda, pasa por un elemento "hasta cierto punto vulgar con el tema del reguetón" donde también aparece la mujer como objeto y el hombre como figura central que dialoga con la estética del mundo del narcotráfico en el País.

"Eso no es exclusivamente caribeño, sino característico de todas las culturas que somos herederas de la experiencia de la esclavitud", observa el sociólogo Alfredo Carrasquillo.

Si afinamos el oído se vuelve todo más evidente. "En el mundo de la salsa por ejemplo se piensa que Puerto Rico es un país alegre, bullanguero donde todo el mundo sabe bailar y todo es un pasarlo muy bien", anota el experto en música caribeña y director de Comunicaciones de la Universidad del Sagrado...

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