'Me gusta esta presión'
Por Fernando Ribas Reyes
fribas@elnuevodia.com
Es, más bien, la gorra, el pantalón largo, la camisa manga larga y de botones hasta el cuello y los zapatos de goma, lo que han cambiado en apariencia a la esbelta atleta que se le veía más utilizando el vistoso uniforme licra de voleibol.
"Parezco un varoncito, pero pues.ellos eligieron usar gorra", dijo la madre de un varón.
Es que de 9:00 a.m. a 3:00 p.m. todos los días de la semana la jugadora central de las Valencianas de Juncos trabaja como cocinera en el restaurante Yolo en Santurce, que es otro 'cocinar' en comparación al voleibol, incluyendo el género de sus compañeros, que son varones en mayoría.
Allí, si llega en licras de voleibol, sería confundida con alguna modelo de una licorería. Allí es un trabajo serio, como también lo es dentro de la cancha de voleibol. Pero, en Yolo hay peligros reales y mucho que aprender para estacocinera con un mes de experiencia.
Cuenta el chef de Yolo, Luis Rosado, que una principiante como Sheila tiene que aprender primero a perder dos miedos: al fuego y a los cuchillos. Allí se cocina al fuego, a veces hasta seis hornillas prendidas a la vez, y los utensilios de trabajo pueden infligir daño si no se usan de la forma correcta.
Así lo reconoce Sheila.
"En el voleibol, a lo único que le tenía miedo era a la bola por los peluches (bolazos). Pero eso lo perdí. Aquí ya me corté un dedo y hasta una uña me tuvieron que sacar", dijo.
Siempre le gustó la cocina, dijo, porque observaba a su madre (Sandra Clemente) cocinando todos los días en la casa. En ocasiones también ayudaba y hacía comida para la familia que incluía a sus dos hermanas, entre esas la también voleibolista Karina.
Inclusive, Sheila trabajó en una cocina cuando estudiaba becada para jugar voleibol en la Universidad de Las Vegas en Nevada. Dijo que ese trabajo fue muy distinto al que hace ahora porque entonces se trababa de una cafetería.
Yolo es en restaurante tipo 'Fine Dining', que es muy distante a una cafetería en arte culinario. Ahora Sheila tiene que hablar y hacer Garnish (el acompañamiento decorativo y comestible de los platos) y tiene que 'platear' precisamente en vez de dejarle caer el arroz al plato y dejarlo así como cayó, lo que sí hacía en la cafetería.
"Me han tirado a los leones rápido", dijo quien estudió cocina en el Recinto de Carolina de la Universidad de Puerto Rico. "Esto es complicado y retante".
En la cocina sí...
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