'ME GUSTA PUERTO RICO'
Por Carlos Rosa Rosa
crosa@elnuevodia.com
A Kiko Alonso le fascina desayunar en Kasalta en el Condado.
Después del wide receiver de los Giants de Nueva York, Alonso es posiblemente el otro jugador de la NFL que puede hablar de la cultura puertorriqueña.
Alonso es linebacker titular de los Bills de Buffalo. Está en su temporada de novato y está luciendo a un alto nivel, llamando la atención en la liga.
Y el caso de Alonso es interesante. Su padre Carlos es cubano, su madre Mónica es colombiana, y él nació en Massachusetts.
Así que ¿cuál es su relación con Puerto Rico?
Su progenitor llegó a la Isla desde Cuba a los cuatro años y vivió aquí hasta a los 23 años, antes de mudarse a Estados Unidos.
Su familia permaneció en Puerto Rico y Carlos anualmente viajaba para visitar a sus padres, hermanos y sobrinos. Fue así que comenzó la relación de Alonso con Puerto Rico. Y asegura que aprecia la misma.
"Mayormente, íbamos en las Navidades. Había fiesta todo el tiempo. Las playas son buenísimas y la comida me encanta. Me gusta Puerto Rico", compartió el jugador en perfecto español con El Nuevo Día desde Buffalo.
"Es un lugar muy divertido... siempre he pasado un buen tiempo allá", continuó Alonso al precisar que su abuela aún reside en la Isla.
Alonso dijo que hace dos años fue su última visita a Puerto Rico. "Por la Universidad (de Oregon) no tenía mucho tiempo para viajar. Ahora cuando termine la temporada quiero regresar", afirmó.
En la familia Alonso, el deporte principal era el béisbol.
Su padre jugó en las ligas infantiles en la Isla, y su hermano mayor, Carlos Alonso, firmó profesional con los Filis de Filadelfia y viene de jugar a nivel Clase A.
Alonso contó que él también comenzó practicando ese deporte.
"Crecí jugando béisbol. Desde los tres años ya estaba con un palo jugando. El football lo jugaba en la calle; no de manera organizada", rememoró.
Ya en la escuela superior las cosas cambiaron. La pasión por el football aumentó, cuando ya él medía 6'3" y pesaba 230 libras en el undécimo grado.
"El béisbol ya no era tan divertido. La adrenalina del football me hacía sentir bien y me gustaba pegarle a la gente", dijo.
Fue cuando tomó la decisión de abandonar el béisbol. Y la noticia no le cayó bien a su progenitor, según recordó.
"No le gustó, quería que siguiera jugando béisbol, pero también lo respetó".
Al concluir la escuela superior en California, Alonso fue becado por la Universidad de Oregon. Allí, jugó tres temporadas, teniendo una...
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