Donde habita el linfoma

Por Ileana Delgado Castro

idelgado@elnuevodia.com

"Alguna vez me daba una fiebrecilla vespertina. En enero pasado fue la última vez y creo que fue más alta. No estaba en Puerto Rico y celebraba la vigilia de la pascua ortodoxa en una iglesia rusa. Como hay que cubrirse la cabeza, tenía el pelo bajo el pañuelo, tal como estoy ahora. Fue algo premonitorio", recuerda Mayra.

Hace dos meses finalmente le diagnosticaron un tipo de linfoma Hodgkin y decidió hablar sobre ello, porque cree que hay que despojar al cáncer de ese "estigma de secretividad y castigo divino".

"La gente muere de infartos y cualquiera te dice en la calle que sufrió un infarto. Pero con el cáncer es distinto, todavía se inscribe dentro de esas enfermedades supuestamente malditas -y que en el fondo encierra cierta culpa-, tales como el sida o la lepra", sostiene Mayra, mientras enfatiza que se niega rotundamente a hacer eso.

"Si tuviera sida lo gritaría a los cuatro vientos y si me da lepra también", resalta la escritora.

Pero después del diagnóstico inicial, dice en tono jocoso, una de las frases más demoledoras que le tocó escuchar fue cuando el hematólogo oncólogo Fernando Cabanillas le dijo que el "Hodgkin es de gente joven".

"Claro, él es una autoridad mundial en linfomas", agrega Mayra, mientras explica que se hicieron pruebas más exhaustivas y se descubrió que el linfoma tiene elementos de Hodgkin y de no-Hodgkin. "O sea, consolador después de todo, ya que conservo ese elemento juvenil", añade entre risas.

Pero más allá de la fortaleza y actitud con que la escritora enfrenta el cáncer, ciertamente fue una noticia que le produjo miedo, confusión y angustia. Emociones típicas ante un diagnóstico tan inesperado como desconocido para muchos.

A diferencia de otros tumores, el linfoma puede empezar en cualquier parte del cuerpo porque se origina en los linfocitos, células presentes en la sangre y en las glándulas linfáticas o ganglios, explica el doctor Fernando Cabanillas, director médico del Centro de Cáncer del Hospital Auxilio Mutuo.

"Las glándulas linfáticas básicamente están por todo el cuerpo; en el cuello, las axilas, en el centro del pecho o mediastino, vientre y en las áreas inguinales", explica Cabanillas, quien destaca que lo más común es que un ganglio se agrande y el paciente o su médico lo detecte en un examen.

El especialista agrega que usualmente si el ganglio mide más de dos centímetros, se considera anormal. Sin embargo, aclara que no todas las glándulas...

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