Habla de su final feliz

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Bajo la dirección de Ang Lee, el joven de 18 años está en cada uno de los encuadres de la adaptación de la novela de Yann Martell, sin hablar de la complejidad emocional y psicológica de un rol que pone a prueba todo en busca de exaltar el espíritu humano. Y aunque Sharma no duda en decir que la experiencia ha sido "trascendental" en su vida, la forma en que llegó a ser el protagonista de esta cinta parece ser completamente al azar.

Frustrado con tener que tomar una decisión sobre su futuro universitario sin haber encontrado su algo que lo apasione, Sharma acompañó a uno de sus hermanos al casting abierto para la película nueva del director de Crouching Tiger, Hidden Dragon. Y como ha sucedido en otras ocasiones, el hermano no dio la talla, pero el aura y la actitud de su acompañante captaron la atención de la directora del casting. Eso inició un largo proceso de audiciones que culminaron en el evento que cambió el destino del joven y hoy le da a cinéfilos del mundo una interpretación genuinamente maravillosa.

Durante una agradable charla con El Nuevo Día, el actor primerizo nos dio los detalles de los retos de la filmación y cómo esta experiencia le dio la oportunidad de descubrir lo que le apasiona.

Dado los retos actorales que presenta este rol, resulta increíble que esta haya sido tu primera película. La experiencia de esta filmación, ¿llenó las expectativas que tenías de lo que pensabas que era la producción de una película?

Pues yo nunca pensé que me iban a dar el rol. Después de un largo proceso de audiciones pensé que había metido las patas en la última y que con eso había quedado eliminado. (Sonríe) Así que con eso en mi mente te puedo decir que nunca pensé que yo llegaría a ser Pi. Pero de alguna forma sea por suerte o por la insistencia de Ang (Lee, el director) me tuve que presentar al set a darle vida a este personaje. Y desde el primer día fue una experiencia totalmente irreal. A veces se sentía que estaba metido dentro de mi cabeza y solo observaba lo que estaba...

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