HaCe TiEmPo

Por El Infiltrado

La plazoleta frente a La Torre estaba repleta, como no se veía hace mucho tiempo, gente de todas las edades bailaba y coreaba eso de que sin salsa no hay paraíso. Rafael Ithier daba un mensaje a los estudiantes y en los kioskos además de comida y artesanías, se vendía memorabilia de la Iupi, tazas de gallitos y camisetas que leían cosas así como "hecho en la UPR".

Decir que hacía calor es poco, aquello era un sauna bajo las estrellas. Pero la gente aún así bailaba. Muchos muchachos y muchachas jóvenes dando vueltas, sudando libres y coreando el caballo pelotero y arroz con habichuelas.

Por primera vez en mucho tiempo, la universidad se sintió distinta. Desde la huelga, los pasillos, se me hacían más...

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