HaCeR fIlA

Por El Infiltrado

Los hay, incluso, profesionales. Tienen, por ejemplo, las gradaciones precisas en el tono de voz de manera que cuando hablan pueden sostener conversaciones privadas por celular, seudo públicas con algún vecino de fila y lo suficientemente altas como para que la fila entera y áreas circundantes la escuchen.

También están los que se quitan los zapatos y los ponen a hacer fila por ellos, pero a esos, los considero verdaderamente extremos. No me olvido de los que se paran a taconear, marcando cada segundo que pasan en fila, como si el tiempo se hiciera más corto porque ellos lo marcan. Están los absortos en sus celulares y los que hacen fila con una paciencia que no es de este mundo.

Yo, creo, que no pertenezco a ningún grupo de esos porque a decir verdad cada fila que me toca hacer -y eso que las evito bastante- la hago como si comenzara una sesión de meditación extrema. Respiro. Inhalo paz y exhalo ansiedad. Comienzo a...

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