Heridas abiertas entre los toabajeños

TOA BAJA.- Cuando a Carmen Vélez se le pregunta cómo se encuentra, a un año del azote del huracán María, respira y deja fija la mirada.Busca en su cabeza cómo organizar todos los elementos para ofrecer una respuesta. De inmediato, dice estar "bien", pero paradójicamente cuenta la historia de su hija y su nieto, quienes aún viven en su residencia, en el barrio Candelaria Arena, de Toa Baja."Ellos vivían en el barrio San José, a orillas del río La Plata. Ustedes tienen que conocer la historia de lo que pasó ahí", soltó la mujer.El 20 de septiembre de 2017, cuando ya el país pensaba que no ocurriría nada más tras la devastación causada por el ciclón, se supo que decenas de toabajeños huían del río La Plata para salvar sus vidas. El cuerpo de agua se había salido de su cauce.Por la gran cantidad de lluvia que trajo María, fue necesario abrir las compuertas de la represa La Plata sin aviso alguno. El cuerpo de agua nunca había llegado hasta las calles de Levittown, donde las autoridades tuvieron que socorrer del techo de sus casas a casi una treintena de personas.La casa de la hija de Carmen fue una de las afectadas. Todo se mojó y se dañó. Su hija -de 42 años y su nieto de 25- tuvieron tiempo para correr hasta el barrio Candelaria Arena. "Todavía están en casa", dijo Carmen.Contó que, al cabo de un año, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) respondió por las pérdidas personales, pero la casa, que está salda, no tenía seguro y está enclavada en un área propensa a inundaciones, permanece como un objeto inservible."La casa no se ha podido recuperar", dijo Carmen.FEMA tiene por normativa no pagar daños por propiedades ubicadas en zonas inundables. Más bien, establecen programas de mitigación para relocalizar esas comunidades con la promesa del Estado de que no se volverá a construir en la zona afectada.El escenario de Raisa Marrero no es distinto al de Carmen. La mujer de 70 años y residente en Levittown aún espera por ayuda de FEMA.Relató que los vientos con furia del huracán María arrancaron las puertas y las ventanas de su casa. Como miles de puertorriqueños, reclamó ayuda a FEMA.Sin embargo, "en el momento en que fueron (los inspectores de FEMA), no tenía las escrituras (de la casa) a la mano".Dijo que apeló su caso, pero aún no ve llegar la ayuda."Arreglo mi casa como puedo"...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR