Sí, hermano, seguiremos luchando

JESSICA RODRÍGUEZ MARTÍN

CATEDRÁTICA DE DERECHO

Su voz enérgica era capaz de transmitir los análisis constitucionales más complejos en manera clara y sencilla, para que el pueblo pudiese entender los derechos que se les vienen arrebatando. El aumento en la composición del Tribunal Supremo, con el único ánimo de asegurar un control partidista, de manera ilegítima e inconstitucional, le partió el alma. También la concertada acción para destruir en vano al Colegio de Abogados. Antoñito sufría el país con un dolor inmenso y compartido, como se sufre un amor pisoteado.

Las propuestas enmiendas a la Constitución, aprobadas el pasado jueves por los enemigos de ésta, le propinaron a Antonio el golpe final. Su corazón combativo, el "Josco" que llevaba dentro explotó de indignación. Conocemos a sus verdugos. Fue un crimen ejecutado por el Estado.

Nuestro país vive bajo estado de sitio. Las abusivas actuaciones del Gobierno tienen múltiples manifestaciones. Depresión, desesperanza, suicidios y un largo etcétera. Antonio no sufrió de ninguna de ellos. Por el contrario, cada aberración estatal la combatió de frente, sin ambages, sin miedo. Lo hizo mediante su palabra elocuente y contundente, sus clases, sus columnas, al compartirnos su privilegiado pensamiento. Todavía conservo el último mensaje de voz que me dejó, donde me recordaba: "Nosotros seguiremos luchando, un abrazote". Y sí, su...

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