Hienas

RAFAEL A. TORRECH SAN INOCENCIO

HISTORIADOR

La fábula de las hienas está muy vigente. Pasado un año, nos pasma validar que tenemos un gobierno a la defensiva. Atrás quedaron las promesas, las esperanzas y los horizontes. Todo lo que pasa en Puerto Rico se atribuye a causas externas y lo único que puede hacer el Gobierno es sostener la represa y evitar una apocalíptica catástrofe total. La realidad es que gobernamos para Moody's: hienas insaciables regidas por la carroña de la usura. No hay espacio para maniobrar asertivamente porque ¿qué hacemos con las hienas? Gobernar para evitar la degradación es, de facto, gobernar para los degradadores. No cuenten con los federales. Puerto Rico ha sido negligente en rendir cuentas claras sobre las transferencias federales. Prácticamente todas las agencias y municipios están en incumplimiento. No tenemos crédito y tampoco credibilidad. No hay caridad: toda intervención del Gobierno federal será en sus términos y para defender sus prioridades económicas y políticas.

Entonces sucede esta refriega de contribuciones, aumentos y recargos, incongruentes con las promesas electorales. Probablemente diseñados para implantación selectiva en el momento político correcto por quien ganase las elecciones. A riesgo de una anemia colectiva, a los que estamos al lado de acá del Gobierno, ya nos han sacado una pinta y media de sangre. ¿A cambio de qué?

Nuestra reacción es escapista: salir del...

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