Hija de una relación de amor

Carmen Milagros Vélez Vega

san juan

El golpe va dirigido a nosotras, por osar creernos dignas de ser nosotras mismas y de formar una familia. Sin embargo, quien ha recibido el peor golpe ha sido nuestra hija. Después de todo, se trata de un caso de adopción y no un juicio al matrimonio gay.

Tristemente e injustamente la decisión fue no, y era no desde antes de comenzar a presentarse la petición. La evidencia apoyaba contundentemente nuestra petición, pero toda la evidencia del mundo no pudo contra la actitud discriminatoria que ha prevalecido en nuestros tribunales, predicada desde los púlpitos del odio. Ocurrió, porque la gente como nosotras no tiene derecho a reclamar protecciones ante el discrimen abierto y deliberado. Estos cinco jueces, dijeron que no a una familia puertorriqueña, expresando que nuestra familia no vale, por diferencias humanas que en nada afectan el desarrollo de nuestra hija.

Esta decisión ha puesto nuestra hija a riesgo de perder a la primera persona que vio y amó en su vida y a la única familia que ha conocido. Esto es violencia y quien lo dude no tiene idea de lo que se siente caminar en nuestros zapatos. Su deber era lo que...

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