Una hija de la música

Por Carmen Graciela Díaz

Especial El Nuevo Día

La intérprete cubana Gema Corredera, que muchos conocen por su seductor timbre y su trabajo en el dúo Gema y Pavel, lo cree así y por eso lo canta en el corte promocional Chévere de su primer álbum en solitario, Derramando luz.

Gema explica que el sabor de este tema como carta de presentación recuerda que "pase lo que pase, ahora que el mundo, que las industrias, las casas y los gobiernos están en crisis, pues vamos a sentirnos chévere".

Con la sonrisa que no se separa de su conversación, Gema comenta que el hilo conductor de este proyecto discográfico es el amor y la luz, a pesar de los pesares. "Es el amor que uno puede sentir por su hijo, su pareja, su país, su gente, su barrio... es un disco con una temática muy amorosa", describe del proyecto que gravita en torno al amor universal. "Es como una mirada distinta al día de hoy, es una fiesta íntima, vaya", menciona antes de buscar el lápiz labial para la sesión de fotos.

Desde que se comienza a escuchar este álbum, animado por su voz y una banda de importantes músicos caribeños, el oyente tiene la sensación de que si bien cada canción es diferente en ritmos y géneros como el filin, la rumba, el cha cha chá, el jazz, la timba cubana, el RyB y la música clásica, la cohesión sonora es contundente.

"Los cubanos descendemos de un barco, somos hijos de la fusión, y los puertorriqueños también. Los caribeños tenemos una fusión por todas partes. Yo no tengo miedo de la fusión, al contrario, es mi gran pasión", afirma del espíritu que traslada al disco para el que recibió 300 canciones de compositores que respeta hondamente como Francisco Céspedes y que, en su proceso de decantar, eligió 11 temas que configuran el trabajo que lanza bajo su sello independiente, GC Music, LLC.

Es que el estilo de Gema, que aglutina influencias de sus raíces cubanas, la canción brasileña, el flamenco y el jazz, entre otros lenguajes musicales, es en sí una amalgama. "Me siento profundamente cubana pero, a la vez, como he vivido tantos años fuera de Cuba y mi universo sonoro ha sido tan amplio pues obviamente en la música que hago se refleja toda esa gama de colores que he vivido".

El universo de la canción atrapó a Gema desde temprano. A los 7 años debutó cantando en el teatro Hubert de Blanc, en La Habana. Desde ese entonces, según la cantora, el sentimiento cuando agarra el micrófono ha sido el mismo: satisfacer su necesidad...

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