Los hijos del Estado

Por Gloria Ruiz Kuilan

gruiz@elnuevodia.com

El Departamento de la Familia (DF) asumió su custodia. Pero el remedio resultó peor que la enfermedad. Estando bajo la tutela del DF, la jovencita estuvo en 36 hogares sustitutos, toda la vida rodando de desengaño en desengaño.

El víacrucis desembocó en un terrible incidente ocurrido a las 9:30 de la noche del miércoles cuando la joven, Anaís Vega Sepúlveda, de 18 años, por razones desconocidas pero imaginables, tiró a su propia bebé contra su corral, causándole un trauma craneal que la mantenía anoche al borde de la muerte.

El caso de Anaís, quien desde los 8 años está bajo la custodia del DF, que se supone cuidara de ella hasta los 21, sacó a flote el terrible drama del círculo vicioso de la violencia intrafamiliar: una niña que toda la vida fue maltratada termina ejerciendo sobre otros la violencia que se le aplicó a ella toda la vida.

Es como dijo ayer una veterana trabajadora social: Anaís no podía dar lo que nunca había recibido. Primero, no recibió amor ni cuidado de sus padres. Después no recibió los servicios que pudieron haberla salvado de incurrir ella misma en la conducta que contra ella se practicó.

El DF se limitó a removerla del cuidado de sus padres. La ubicó en hogares sustitutos, donde no podían tolerar su conducta volátil. Así, pasó por 36 de estos hogares, en uno de los cuales, cuando tenía 16 años, fue violada.

"Estos casos son bastante frecuentes. Si no se les brindan los servicios a los niños que entran al sistema del DF, las probabilidades de que el menor sufra múltiples reubicaciones son bien altas y pueden tener problemas en su adultez", dijo la abogada de familia y exasesora legal del DF Magda López.

"Los hogares se han convertido en depositarios de menores porque se piensa que remover del hogar es suficiente. No se piensa que necesitan otros servicios. Piensan que al removerlos ya se solucionó el problema", agregó Cynthia Rodríguez, profesora de la Escuela Graduada de Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Los entrevistados apuntaron a la falta de servicios como la raíz del problema que hace que un caso de maltrato se convierta en un ciclo que repite la víctima o el recipiente de la violencia.

Los estudios de aprendizaje social sostienen que lo que se vive es lo que se repite. Mencionaron al sicólogo canadiense Albert Bandura como uno de los que teorizó sobre ese aprendizaje social.

Dijeron que el DF no tiene programas preventivos adecuados, los...

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