Los hijos del maltrato

César Romero Reyes

Canóvanas

Su cara muestra el cansancio y algunos moretones en el cuerpo, producto de una pelea con su pareja y madre de sus dos niños. Ella también se encuentra detenida y con su cabeza entre las manos, llora sin consuelo. Tiene su pelo enredado y los labios partidos.

A varias preguntas, responde que nunca había dicho algo por temer a perder su vida. "Yo no he hecho nada, soy inocente", dijo la joven que en segundo año de universidad tuvo que posponer aquellas aspiraciones de graduarse y continuar una carrera en arquitectura para criar a sus hijos, ahora debe enfrentarse a otra realidad.

Sus dos hijos fueron removidos y enviados a un hogar provisional. Esos pequeños, con la mirada perdida y con marcas de cigarrillos en sus espaldas, ahora son números que con una irónica suerte podrían convertirse en seres invisibles, si algún funcionario de gobierno los borra.

Lo más probable es que entre los juguetitos, ambos hermanitos se miren con tristeza extrañando a sus padres. Quizás las marcas que exhiben en los costados y las piernas vayan cicatrizando con el tiempo, no así las que cargan en el alma.

Serán otro eslabón en la larga cadena del maltrato a los niños a quienes...

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