Historia de un soñador

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Aunque eso no sea el momento más importante de la cinta, sí resume el nivel de efectividad de una película que se apoya de una trama bien predecible, pero cuya ejecución logra entretener y divertir.

La película es un cocktail cinematográfico que toma prestado elementos de Cars, Ratatouille, Big y los filmes de The Fast and the Furious que funciona por la efectividad de la jornada emocional del personaje principal.

Aunque este sueña con ser Turbo, un caracol tan rápido que podría competir contra Guy Gagné, el nuevo campeón de NASCAR, la realidad es otra. Todos los días las fantasías de Theo (nombre antes de ser Turbo) son interrumpidas por la rutina de tener que unirse al resto de los caracoles de su jardín para cuidar y consumir la cosecha de tomates que los sostiene.

Esta vida rutinaria y aburrida cambia para siempre cuando el protagonista sufre un accidente que le da lo que tanto anhelaba: todas las características de un carro de carreras. Cuando el destino de Turbo (Ryan Reynolds) se cruza con el de Tito (Michael Peña), un joven mexicano que sueña con lograr que el restaurante de su hermano adquiera fama internacional, su fantasía de participar en el Indy 500 se convierte en una realidad.

Aunque casi todos los elementos cruciales de este filme son "prestados" de otras películas, vale la pena...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR