Histórica llegada de Power y Giralt
Por Gloria Ruiz Kuilan
gruiz@elnuevodia.com
Fueron contestados con 21 cañones desde El Morro, cuyas centenarias paredes y las de los castillos circundantes fueron testigos de escenas similares en épocas pasadas.
Para el siglo XV, los navíos anunciaban con cañonazos que se llegaba a nuestras costas en son de paz. Eran correspondidos con la misma cantidad de cañonazos en señal de confianza.
Ayer, decenas de puertorriqueños fueron parte del momento histórico en el que el buque escuela cerró sus velas para ser escoltado por la bahía hasta el muelle 1 de la Ciudad Amurallada. Allí llegó puntual a las 8:30 de la mañana.
Le siguió una ceremonia protocolar encabezada por el secretario de Estado, David Bernier, y el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves. La tripulación militar del buque escuela se tomó su tiempo para tomar todas las medidas necesarias para el evento y, ante la mirada ansiosa de los curiosos que lograron colarse al muelle, bajaron el osario cubierto con una bandera de España.
No muy lejos, en el Antiguo Arsenal de la Marina Española, en La Puntilla, lo esperaba el gobernador, Alejandro García Padilla, junto a un grupo selecto de personalidades del país. También estaban presentes estudiantes de cuatro escuelas que llevan el nombre del primer prócer de Puerto Rico.
Cerca de las 10:45 de la mañana, y cargado por los militares del navío español que zarpó desde Cádiz el 2 de marzo, se vio en el arsenal el osario, que fue recibido con aplausos. Para este momento, ya el osario estaba arropado con la bandera de Puerto Rico.
El arzobispo de San Juan fue el primero en hablar. "Demos gracias a Dios por la llegada de los restos del amadísimo Power Giralt a su patria", dijo.
A nombre del ayuntamiento de Cádiz, el cónsul de España en Puerto Rico, Eduardo Garrigues, entregó al Gobierno de Puerto Rico los restos de quien fuera el primer representante del país en las cortes españolas.
"Tanto en España como en Puerto Rico estamos orgullosos de compartir la memoria de este prócer", dijo Garrigues.
García Padilla, acompañado de su esposa, Wilma Pastrana, quien fue presidenta honoraria del comité que trabajó esta última etapa del traslado de los restos de Power y Giralt a Puerto Rico, hizo un acopio de la aportación de este en la educación, el comercio y la identidad puertorriqueña.
"La hija del mar y el sol le reciben. La hija de ese mar que hace más de 200 años él cursó para representarnos en las Cortes de Cádiz, para regresar a la patria que...
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