Hora cero para un derecho

PEDRO SANTIAGO

DIRECTOR EJECUTIVO DE AMNISTÍA INTERNACIONAL PUERTO RICO

"Los criminales se van a contener si no tienen derecho a la fianza". Es gracioso cuando lo decimos en voz alta, pero aun así, es el principal argumento que hay tras la consulta que pretende enmendar nuestra Constitución. ¿Cómo puede este argumento totalmente risible, aglutinar a una masa crítica que defiende y aboga por la eliminación autoinfligida de un derecho fundamental, como lo es la presunción de inocencia? Sin estadísticas, sin investigaciones, sin sentido y con sólo un presentimiento, levantan su voz de guerra contra la criminalidad rampante, asestando un rudo golpe a lo más sagrado de un pueblo: su constitución.

Podemos entender, aunque no compartir, que el Estado quiera incrementar su poder y su inmunidad, reduciendo la capacidad de la ciudadanía para exigir, pero es nuestra responsabilidad defender nuestra Carta Magna, no sólo para nosotros, sino porque de ella dependen los derechos y las libertades de nuestros hijos y nietos.

La Constitución le fija límites a los poderes del Estado, protegiéndonos de sus excentricidades, caprichos y corrupción. Si pensamos en modificar nuestra Constitución hagámoslo para reivindicar y reconocer derechos, no para limitarlos.

¿De dónde salen entonces esas voces que hoy reclaman eliminar derechos? ¿Será que no nos atrevemos a exponer las verdaderas razones del apoyo a esta enmienda constitucional? En una ocasión, realizando mi trabajo de educador en derechos humanos, una persona con la candidez que solo tienen los desesperados, expresó algo así: "Hay personas tan malas que no merecen ningún derecho, deberían matarlos. Por eso yo apoyo el uso de armas para la ciudadanía, y ya que nadie nos protege, debemos protegernos nosotros mismos. No es un asunto de derechos, es un asunto de seguridad". Obviamente por seguridad se refería a supervivencia.

Primero, los derechos no son algo que ganamos por buen comportamiento, sino que son intrínsecos a la dignidad humana, válidos para todas las personas e inalienables. Ningún gobierno ni estado tiene el poder de quitarlos, sin importar las acciones del ciudadano.

En el caso especifico del derecho a la fianza, al restringirlo atentamos en la práctica contra derecho del ciudadano a tener un juicio justo antes del castigo, eliminando de...

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