La hora de la paranoia

En los tiempos de la gobernación de Pedro Rosselló, había un chiste que decía que los funcionarios de gobierno se saludaban unos a otros palpándose para cerciorarse de que no estaban alambrados, o diciendo sutilmente "probando, probando" por si alguien estaba grabando la conversación. Se contaba como chiste, pero, la verdad, dado el caso de cómo eran las cosas en aquellos tiempos, nadie podía descartar que fuera cierto.Es que la paranoia entonces era de locura. Desde finales del segundo término de Pedro Rosselló en 2000, y durante los próximos años, los arrestos se sucedían con frecuencia de vértigo. Se apostaba quién sería el próximo. Cayeron lo mismo jefes de agencia, que estrechos colaboradores de Pedro Rosselló, que empresarios, que legisladores, ¿quién no?Contaba uno de los que fue preso aquella vez que, obligado a recaudarle dinero al partido, se encontró con tanto efectivo que no pudo resistir la tentación de meter la mano en la bolsa y llevarse algo para su casa también. Al final del día, se ha estimado en unas 40 las personas vinculadas de una u otra manera a aquellos largos ocho años que terminaron tras las rejas.El mismo Pedro Rosselló, al regresar a Puerto Rico para intentar recuperar la Fortaleza en 2004, declaró, en una conferencia de prensa en el aeropuerto, desafiante, levantando las manos: "Aquí estoy, arréstenme". No pasó, claro, porque contra él no había nada, aunque se dice que el entonces fiscal Guillermo Gil mucho trató.Pero eso de ver a todo un exgobernador alzando las manos en público y desafiando a que lo arresten, dice mares de cómo eran aquellos tiempos en que parecía que todo el mundo miraba a todo el mundo de reojo y que cada cual andaba preguntándose: "¿Será fulano o será mengano?".Al gobernador de ahora, Ricardo Rosselló, no le han arrestado a nadie cercano. (Tuvo el que escribe la tentación de intercalar un "todavía" en la oración anterior, pero decidió dejarlo para después porque nunca se sabe).La cosa es que el honor de que le arresten a alguien bien cercano, hasta ahora, solo ha sido del presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz.Le pusieron como prendas esposas de plástico (sin consideración con el medioambiente) a su jefe de asuntos gubernamentales y a un muchacho de Humacao, vendedor de crepas, quien llevaba un tiempo acompañándole en batallas políticas, así como a la media naranja de ese muchacho.De esos arrestos parece hoy que hace un mundo. Pero no. Fueron el 30 de mayo. No ha pasado ni un mes. Es...

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