Hora de tomar decisiones sobre la infraestructura

Posiblemente, por una combinación de causas divinas y naturales, nunca sabremos, el temido huracán Irma pasó lo suficientemente lejos y nos salvamos de un impacto directo y devastador como lamentablemente les pasó a otras islas hermanas en el Caribe. Tristemente, San Martín y Barbuda, fueron devastadas casi en su totalidad.

En Puerto Rico, al momento de escribir este artículo, había un millón de personas sin energía y se reportaba que centros comerciales, e importantes centros de producción aún no tenían energía. Se estima también que hay 400,000 abonados sin agua.

Claramente, pudo haber sido peor y los efectos sobre la frágil infraestructura de energía, pudieron haber sido devastadores, si el huracán Irma nos hubiera impactado de forma directa con sus vientos de 180 millas por hora. Lo ocurrido nos debe obligar a pensar en el estado de vulnerabilidad en el que está Puerto Rico, ante la debilidad de su infraestructura básica y la insolvencia de sus utilidades públicas.

Luego de tomar prestado $30,000 millones en deuda pública, entre el 2006 y el 2014, es necesario preguntar por qué la infraestructura está en el actual estado tan frágil. ¿A dónde fueron todos esos recursos?

La situación financiera de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), y la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT), coloca a la Isla en una posición muy vulnerable en el caso de un evento catastrófico.

De hecho, dos de esas corporaciones, la AEE y la ACT, están ya dentro del Título III de la ley PROMESA, en un proceso de reestructuración similar a una quiebra. El acceso a financiamiento es limitado por no decir inexistente, y eso tiene consecuencias adversas sobre el proceso de recuperación de la infraestructura de la isla.

La insolvencia de la AEE. En el caso de la AEE, la infraestructura de producción de energía está en su peor momento, debido a la falta de mantenimiento y de personal crítico de esa corporación. Los propios directivos de la AEE han manifestado que una cantidad considerable de empleados claves del área de producción se ha ido de la AEE, lo que dificulta el mantenimiento necesario del sistema. Entre el 2009 y el 2014, la AEE tomó $3,000 millones en emisiones de bonos, y el dinero nunca se usó para las mejoras capitales.

Los empleados que se han quedado laborando en la maltrecha AEE, han estado laborando como héroes para reestablecer el sistema energético.

Sin embargo, la inyección de dinero para...

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