El HuEcO mÁs HeRmOsO

Por KB

Cuando a un niñito se le caen sus dientes y esa encía se proyecta tan nítidamente, los motivos para celebrar y retratar esa imagen nunca faltan. Que si qué bonito se ve el nene, que si qué hermosa se ve la niña; vamos es que la mella es todo un evento digno de la memoria colectiva familiar. "¡El niño está creciendo!", gritan con ilusión los padres, abuelitos y demás familiares porque ese hueco no es otra cosa que la prueba del paso vertiginoso del tiempo.

Ahora bien, cuando al adulto se le caen los dientes, el asunto es jocosamente opuesto. No todos lo acogen con la misma fascinación que cuando se era chico. Por alguna inexplicable razón ya los demás no festejan ante la presencia de la encía piensa el doñito o la doñita de la esquina. La expresión de los otros que lo miran se manifiesta como un retumbante y...

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