HUevO eS uNA pALAbrA fEa

Por El Infiltrado

Sí, es una exageración pero no me gusta la palabra huevo. Ese diptongo inicial me molesta casi tanto como la yema blandita. Si voy a comer algo con un nombre tan feo que por lo menos esté bien cocido.

Lo sé. Suena a neurosis, o quizás estoy en plena crisis de la mediana edad, pero no me queda más remedio que pensar en esto un día como hoy en el que por fin finaliza el terrorismo de revoltillo al que hemos sido sometidos por las pasadas semanas. Huevos pintados, de plástico, rellenos de chocolate, huevos para cocinar, para comérselos así nomás, huevos para criar pollitos rebeldes.

Ni hablar de las connotaciones horrendas que los machos del mundo usan cuando se agarran lo que se agarran sin ningún sentido del pudor o de esa noción que sentencia que tener huevos, es tener valor; proteína pura y dura que pone el mundo a correr. Confío más en los ovarios, huevos que tienen erre y vocales mejor administradas.

Cuando único he podido tolerar este apabullamiento de cascarones es cuando escucho a alguien pedir un "huevito pasado...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR