El huracán detuvo el tiempo en Morovis

MOROVIS.- Filas para recibir comida y agua bajada de camiones por hombres en fatiga militar. Postes de madera partidos, bloqueando pasos. Montañas de escombros a orillas de las carreteras. Pilas de basura donde antes había casas.

Puentes derribados, carros cruzando ríos. Barrios incomunicados. Familias viviendo apiñadas unas con otras porque viviendas que se perdieron no han sido reparadas, ni sus inquilinos recibido ayuda para relocalizarse. Oscuridad total. Muy poca agua.

Parece el panorama del Puerto Rico en los días inmediatamente posteriores al paso del huracán María el pasado 20 de septiembre. Ese sigue siendo el panorama aquí, en Morovis, en Ciales y en otros pueblos de la montaña.

El tiempo se detuvo por estos lugares en aquel fatídico miércoles y, al cumplirse hoy 74 días del paso de María, ha ocurrido muy poco que permita a sus residentes ni un atisbo de normalidad.

La mayoría de los caminos fueron despejados, las montañas son verdes otra vez y los árboles tienen hojas de nuevo. Pero en todo lo demás siguen igual a las dolorosas horas siguientes a María.

“No tenemos luz en ninguna parte de nuestro municipio. Tenemos muchos de los barrios todavía sin servicio de agua y los que sí la tienen, la tienen de manera intermitente. La pueden tener por la mañana y en la tarde no la tienen o la pueden tener un día y al otro día no la tienen. Así nos hemos mantenido. Así es como está nuestro pueblo por el momento”, dijo la alcaldesa de Morovis, Carmen Maldonado.

En Ciales, la situación no es distinta. “El agua va y viene porque los generadores hay que pararlos para cambiarle el aceite y se rompen continuamente. Estamos en cero por ciento de luz. Tenemos escombros en casi todas las carreteras. La gente está bien molesta”, dijo el alcalde Luis “Rolan” Maldonado.

Mientras Puerto Rico intenta a pasos lentos, y con muchos contratiempos, volver a la normalidad, acá en la montaña todavía están en modo de supervivencia.

Todavía la gente depende de la caridad de organizaciones humanitarias para comer. Alcaldes y ciudadanos denuncian que los gobiernos central y federal los han abandonado.

Recién en la semana que acaba de concluir estuvo FEMA por primera vez instalando toldos. Nadie ha visto ayuda gubernamental, salvo, en algunos casos, los $500 de emergencia que otorga la agencia federal.

“lo que dios quiera”

Sigue la gente cogiendo agua de caños, lavando a mano, cocinando con leña o gas, en una larga, tediosa y en apariencia interminable espera porque...

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