Ibañez Benitez V. Molinos 1983, 114 D.P.R. 42

AutorDra. Ruth E. Ortega-Vélez
Páginas107-110

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La Suficiencia de la Prueba.

Hechos: El 1ro de julio de 1975, la Sra. Naty Ibáñez Benítez, de 60 años de

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edad, fue contratada por Molinos de Puerto Rico para trabajar como secretaria del Gerente del Departamento de Ventas, Sr. Frank Mathias. A los dos meses le fue concedido un aumento de sueldo. La señora Ibáñez llegó a desarrollar una muy cordial relación de trabajo con el señor Mathias, quien en todo momento se mostró complacido con su labor. De este modo transcurrieron dos años. En cada uno se le concedieron aumentos sustanciales de salario.

En septiembre de 1978, no se le concedió un aumento por la cantidad que ella esperaba. Se proyectó uno menor. Para esa fecha ella se encontraba en los preparativos de un viaje a la Argentina durante sus vacaciones. Por tal razón entrenaba a una joven empleada de Manpower, para que la sustituyera temporeramente. En vista de que la ausencia del aumento esperado entorpecía en algún grado sus planes, el 22 de septiembre abordó el tema al señor Mathias. Este le explicó que ese año no se habían concedido aumentos mayores. La señora Ibáñez replicó que ello no era cierto, por cuanto había visto en el documento de presupuesto que otros empleados habían sido favorecidos con aumentos como el que ella había previsto. El documento en cuestión era confidencial, pero no estaba fuera del alcance de la señora Ibáñez ni de otros empleados que, como parte de sus funciones, participaban en su redacción, transcribiendo ciertos datos a maquinilla. El señor Mathias le suplicó a la señora Ibánez que dejaran el tema, a lo cual ella accedió. La conversación se llevó a cabo en un tono amigable y ninguno de los dos exteriorizó ni dio señas de que el incidente hubiera afectado sus relaciones en el corto período transcurrido antes de comenzar sus vacaciones.

Durante la estadía en Argentina, a la señora Ibánez le hicieron una oferta de empleo que rehusó. Al regresar se reintegró a Molinos. El día del regreso, el señor Mathias la llamó a su oficina. Le informó que había decidido prescindir de sus servicios. Como razón para su despido le indicó que ella había sido desleal a la empresa al utilizar información confidencial para provecho propio.

La señora Ibáñez radicó una demanda contra Molinos de Puerto Rico. Alegó que su despido fue discriminatorio por razón de su edad. Molinos contestó aduciendo que la cesantía estaba justificada a base del incidente mencionado. El tribunal de instancia no aceptó esa...

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