Ida y vuelta al infierno

Por Andrés O'Neill, Jr.

Si nunca me había imaginado que un día visitaría el infierno, mucho menos me hubiera imaginado que volvería. Casi dos años más tarde y en otro viaje de trabajo, la vida volvió a llevarme por esa zona, específicamente, al pueblo de Chelsea, donde Chrysler tiene unas inmensas instalaciones de prueba. La zona me resultó familiar y me enteré de que efectivamente, estaba a unas escasas 12 millas de Hell. O sea, estaba a un pasito del infierno. Decidí darlo.

¿Cómo es el camino hacia el infierno? Pues contrario a lo que AC/DC ha cantado miles de veces, no existe un "Highway to Hell". La ruta hacia Hell es más bien por carreteras rurales repletas de curvas, atravesando bosques muy lindos. Aportando a la experiencia, iba probando un carrito deportivo, el Fiat Abarth, que resultó ser tan divertido de manejar por esas curvas, que hasta se me salieron varias carcajadas diabólicas.

Llegué a Hell y encontré lo mismo que hacía casi dos años: un pueblito durmiente en el que no ocurre nada. Lo único que hay es un trío de negocios (un restaurante y dos tienditas) que se aprovechan del nombre del...

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