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Se nos ha ido de las manos

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Vincent

ENRIQUE CRUZ

ANALISTA POLÍTICO

En un espacio de 30 días, han ocurrido tres eventos que han retado la autoridad y la firmeza que han caracterizado a las autoridades federales en el cumplimiento del deber, en el cumplimiento que han tenido en la lucha contra el crimen.

El 26 de febrero, casi a medianoche, asesinaron a un guardia penal federal que se encontraba envuelto en una investigación de corrupción en el Centro Metropolitano de Detención de Guaynabo.

Algunas fuentes indicaron que cuando se escucharon los balazos, en dicha cárcel federal de Guaynabo se escucharon múltiples aplausos y algarabía de celebración.

El 18 de marzo, en horas de la madrugada, se tiroteaba el mencionado centro de detención de Guaynabo. Cómo ustedes interpretan esto yo no sé; yo lo interpreto como un reto a las autoridades federales que recientemente habían hecho un operativo en dicho penal.

El 23 de marzo, en horas de la tarde un jurado compuesto por 7 hombres y 5 mujeres no lograron un veredicto unánime de pena de muerte contra Alexis Candelario. Días después sale a relucir en los medios que esta mujer tenía familiares en la cárcel. Si hubo "tampering" o no yo no sé; lo que sí sé es que está rarísimo cómo se llevó este proceso y la información que luego salió a relucir.

Son tres eventos que en 30 días pueden o no estar relacionados; lo que sí está relacionado, lo que sí los une, los encadena es la fuerza del reto hacia las autoridades federales. Algo nunca antes visto, o al menos, que sucediera en tan corto tiempo.

No sé cual ha sido la reacción de las autoridades federales en Washington, D.C. Para mí es alarmante y seriamente preocupante. Las autoridades federales tienen el porcentaje más alto de confianza en comparación con cualquier agencia gubernamental en Puerto Rico, estatal o federal. Representan prácticamente la única esperanza que el pueblo tiene.

Mientras unos cuantos se preocupan por si el superintendente de la Policía, Héctor Pesquera, se va o se queda, allá afuera se está llevando una batalla mucho más grande.

Puerto Rico necesita un "blitzkrieg" por parte de las dos ramas que representan la ley y el orden. Obviamente, a las autoridades estatales esto se les fue de las manos hace tiempo. La...

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