Imperio, orígenes y fragilidad

ROBERTO ALEJANDRO

PROFESOR DE TEORÍA POLÍTICA DE LA UNIVERSIDAD DE MASSACHUSETTS, AMHERST

Para John Adams, el pueblo es demasiado dado a expropiar a los ricos. Es un volcán, de acuerdo a Mr. Ames durante los debates en Massachusetts. Sus primeras reacciones son apasionadas y muy lejos de la sensatez requerida por los procesos legislativos. Es ingenuo, de una honestidad cruda y muy vulnerable a la manipulación. Ante tantas dotes resbaladizas. la esperanza dictaba confiar en que, de alguna manera, ese mismo pueblo se impusiera a sus serias limitaciones. Y fueron cruciales las esperanzas de los federalistas.

James Madison pensó que los electores elegirían a personas meritorias y que nunca se lograría una facción mayoritaria contraria a la legitimidad del orden constitucional. La razón estribaba, según él, no sólo en la proliferación de facciones en el territorio nacional, sino en algo más importante. Cualquier mayoría que surgiera sería con fines justos (Federalista 51). Frente al peligro de usurpación de poderes por senadores elegidos por seis años, la Cámara de Representantes siempre tendría al pueblo a su lado y "en todo momento" podría retornar la constitución a sus principios primigenios (Federalista 63). Y, por último, el espíritu "viril y vigilante" del pueblo a favor de la libertad sería garantía suficiente contra el despotismo y sus sombras (Federalista 57).

El antifederalista Centinel...

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