La importancia del silencio

AMANDA QUIÑONES SANTIAGO

OCTAVO GRADO COLEGIO SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN PONCE

Pero no cabe ninguna duda de que podemos hacer algo, como mudarnos, porque estar en contacto con esa tortura es dañino, irrita y perturba. Además, se interna por nuestro oído hasta golpear y lastimar el alma. Me refiero al deterioro de nuestra paz interna por la molestia de esa perturbación; a las actitudes que asumimos bajo la presión incontenible del ruido. Desde el saludo que hacemos al entrar a la escuela, durante el almuerzo al mediodía y que no para hasta la hora de irnos. Nadie para de hablar. Todos quieren aprovechar para decir algo, no importa qué, y si no los escuchan, gritan. El motivo sigue siendo el mismo: hacerse notar, protagonizar, interrumpir al que lee, al que cierra los ojos un momento reclinado en su silla para intentar una mini relajación o una reflexión.

Porque es muy distinto responder a una inquietud de alguien que comparte la vida con nosotros, que llenar el espacio con nuestras miserias y conflictos. Lo mejor es responder con un sí o un no. Sin dar cátedra de nada. No es indiferencia, es prudencia. Ampliar sólo lo que se nos pide porque alguien no comprendió y seguir siendo discreto.

No dejemos...

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