“Imposible” abrir portones sin diálogo

Abandonaron el barco en un mal momento, eso lo reconocen, pero Carlos Pérez Díaz y Carlos del Río esperan que sus renuncias a la Junta de Gobierno de la Universidad de Puerto Rico (UPR) sean el catalítico para que el conflicto estudiantil que se ha apoderado del sistema universitario durante los pasados dos meses se pueda resolver.

Del Río, ingeniero de profesión y quien ocupaba la vicepresidencia del cuerpo rector de la institución, apuesta al diálogo entre los diversos sectores de la comunidad universitaria.

El doctor Pérez Díaz, quien llegó a la presidencia de la Junta de Gobierno en junio de 2016, reclama por su parte un cambio de las posturas asumidas tanto por el Ejecutivo como por la Rama Judicial. Quizás se pudo haber encontrado una solución al conflicto estudiantil si el Ejecutivo hubiese brindado apoyo a la UPR o si los tribunales no hubiesen impuesto fechas límites y amenazas de encarcelamiento contra funcionarios si no se abrían los portones de recinto de Río Piedras, expresó Pérez Díaz.

“Con la excusa de la autonomía universitaria del Gobierno actual, pues no veíamos que estaban ayudando a la universidad en nada. Entiendo que estaban esperando que nosotros tomáramos las decisiones difíciles para hacer ellos después los nombramientos (para llenar las vacantes en la Junta de Gobierno)”, sostuvo Díaz Pérez.

Nueve de los 11 recintos de la UPR se unieron en algún momento a la huelga sistémica que comenzó el 6 de abril como mecanismo de rechazo a la imposición de un plan fiscal a la institución universitaria que habría redundado en recortes millonarios a su presupuesto. La paralización de labores inició antes en el recinto de Río Piedras, donde los portones están cerrados desde el 28 de marzo, y el recinto de Aguadilla forma parte de la lucha, pero con paros y protestas varias veces en semana, lo que permite continuar con las clases.

“Nos ató las manos”. El malestar del sector estudiantil comenzó desde principios de año, cuando, por directriz de la Junta de Supervisión Fiscal, se comenzó a trabajar un plan fiscal a 10 años que contendría recortes que fueron aumentando mes tras mes; inicialmente, los recortes sumaban $300 millones en dos años. En medio de la confección de ese primer borrador, la entonces presidenta interina de la UPR, Celeste Freytes, renunció junto a su equipo de vicepresidentes y 10 rectores, aunque luego seis de ellos se quedaron en sus puestos.

El martes, la historia se repitió. La ahora ex presidenta interina...

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