Impresionante, imperfecta, Inolvidable

Impresionante, imperfecta e inolvidable. Así es el "Joker" de Todd Phillips ("War Dogs", "The Hangover"), un filme que ha sido creado para incomodar y generar debates.Aunque la mayoría de las conversaciones sobre el filme previo a su estreno se han centrado en como la violencia en pantalla podría afectar al público, la ambivalencia artística de la dirección de la nueva producción de Warner Brothers garantiza que el espectador no pueda parar de pensar en esta película por mucho tiempo después de que la misma haya terminado.El gancho principal del filme, que comienza a exhibirse hoy, es su complejidad dramática. Este es un recurso casi inexistente en el cine comercial moderno del Hollywood de hoy y es lo que permite que este retrato retorcido de la salud mental del personaje titular se meta debajo de la piel del espectador e invada su psiquis. La gasolina de todo este despliegue de ambición artística es el trabajo magistral de Joaquin Phoenix. Su interpretación es hipnótica, profunda y la razón por la cual esta versión del icónico personaje titular de DC tiene que ser vista en la pantalla grande.Lo otro que resulta pertinente resaltar es que "Joker" no ha sido concebida como una antítesis de una película de superhéroes ni como una "película de comic". Esta distinción no solo es porque Phillips y su co-guionista Scott Silver no adaptaron ningún material en particular de DC Comics para crear su versión del personaje titular. Desde el primer encuadre de esta película queda claro que su propuesta audiovisual (el diseño de producción, la cinematografía, vestuario, dirección de arte) va en función de un realismo indiscutible y tajante.La trama de "Joker" sucede en una Ciudad Gótica a principios de los años 80 que, además de ser un eco cinematográfico del Nueva York de Martin Scorsese en "Taxi Driver", funciona como un espejo del caos y la decadencia social del siglo 21."Cada vez se pone peor ahí afuera" es uno de los primeros parlamentos de "Arthur Fleck" (Phoenix) refiriéndose a las calles llenas de apatía, desigualdad y violencia donde el personaje está tratando de ganarse la vida y soñando con tener una carrera como comediante.Para Arthur esas calles son más difíciles que para el ciudadano común. Su rutina diaria incluye batallar un daño cerebral que lo lleva a reírse descontroladamente cada vez que se encuentra en una situación social incómoda o conflictiva. Su condición lo ha dejado dependiente de unos medicamentos que lo mantienen en un...

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