Lo inevitable

PeriodistaEra de esas cosas que nos parecen, a menudo porque nos lo meten así en la cabeza, inevitables. Así lo creía Vieques el 19 de abril de 1999. Llevaba 59 años siendo azotada en sus espaldas por la Marina de Guerra de Estados Unidos. El tiempo probó que lo inevitable no lo era tanto. Debemos escuchar.La presencia militar era una realidad de la vida en Vieques desde 1940, cuando la Marina empezó a expropiar tierras, a menudo a la fuerza, a viequenses que habían vivido allí en algunos casos por generaciones. Las expropiaciones continuaron de una u otra manera hasta 1948.Las cicatrices que aquello causó están todavía expuestas. Aún se encuentran viequenses que relatan aquello sin poder evitar el llanto. Ese es el caso del veterano líder de los pescadores, Carlos Zenón, quien casi nunca puede evitar las lágrimas al recordar cuando, siendo un niño, vio a una máquina de la Marina derribando la casa de su madre. Hay versiones conflictivas sobre si la Marina pagó o no por las tierras; algunos recuerdan que la Marina daba $25 a cada expropiado, lo cual equivaldría a $450 hoy.Todo fueron problemas, y de una tremenda seriedad, de ahí en adelante. Cuando la Marina llegó, Vieques tenía cerca de 20,000 habitantes; el 19 de abril de 1999 eran menos de la mitad. Operaban en la isla tres centrales azucareras; después no hubo ninguna.Durante seis décadas, dos terceras partes de la isla de 51 millas cuadradas fueron escenario de prácticas de guerra de la Marina. El pueblo de Vieques estaba como el jamón del sándwich, apretujado en el medio de su misma isla. Hay documentación que revela que la Marina ponía trabas a cualquier plan que pudiera resultar en desarrollo económico para la isla. La prefería pobre y vulnerable.En la parte este, se dispararon incontables bombas. Se dispararon balas de uranio reducido, una sustancia altamente tóxica cuyo uso a nivel internacional está prohibido. Se probaron el agente naranja y el gas mostaza, entre otras sustancias.El 19 de abril de 1999, la incidencia de cáncer de Vieques era 31% mayor que en el resto de Puerto Rico, reconocido por la Agencia de Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades de Estados Unidos (ATSDR, por sus siglas inglés), que, en una determinación repudiada por importantes científicos de Puerto Rico y Estados Unidos, no lo relacionó a la enorme cantidad de tóxicos con los que la Marina había inyectado a Vieques por décadas.En aquellos tiempos, era difícil encontrar a alguien en la isla municipio...

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