Inmortal

Ruth Merino Méndez

Me resulta fácil contestar la primera pregunta. La inmortalidad -que nadie ha descrito a base de una experiencia personal, por razones obvias- me parece atractiva, siempre y cuando no incluya los tapones, las filas, los mensajes electrónicos que me llegan de Nigeria, los hoyos en las carreteras, los chismes, los rumores, y otros molestos detalles de la vida cotidiana.

Solamente si estos y otros factores -esos en los que está pensando usted, por ejemplo- se eliminan, permitiría que me apuntaran en la lista de los futuros inmortales.

¿Que cómo se logrará? Según Time, gracias a la Inteligencia Artificial (IA), que caracteriza, por ejemplo, a las computadoras. La nuestra es Inteligencia Orgánica (IO), a propósito. Y con ella hemos sido tan, tan inteligentes que construimos computadoras que, a su vez, son tan, tan inteligentes que seguramente inventarán supercomputadoras que, por supuesto, serán infinitamente más inteligentes que sus creadoras.

En ese momento -que se calcula que llegará en el año 2045- podríamos prolongar nuestra vida al convertirnos en seres mitad mamíferos-mitad computadoras. Otra opción podría ser abandonar...

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