Insólita experiencia

Por Ricardo Cortés Chico

rcortes@elnuevodia.com

Apenas tenía ropa que lo protegiera y no tenía forma de salir de allí. La fianza que le habían puesto era demasiado alta: $ 170,000 sin derecho al pago de solo el 10%. No quedaba otra que permanecer sumariado, pese a que lo acusaban por un delito que no cometió.

"(La idea) era un 'mételo ahí para que se pudra' ", dijo el hombre, de 42 años.

Por ocho días Prophil hizo lo que pudo para vivir entre la suciedad de la celda. "Me pusieron en un cuarto como si fuera un criminal, sin ropa, (solo) con un pantaloncito corto, como si fuera un terrorista que había matado a miles de personas... ¿Será que los que están en la cárcel no son seres humanos? Para mí (la cárcel) es un cementerio de hombres vivos. Fue bien doloroso", dijo Prophil.

Un día, por una ventana de la celda observó a una persona al otro lado. Era una trabajadora social que había conocido mientras dirigía el Centro de Acopio en la Parroquia San Mateo. La conoció mientras recopilaban ayudas para los perjudicados del terremoto en Haití en enero de 2010. De inmediato le trajo a su atención su mísera situación. Ese mismo día lo movieron a otra celda.

Allá estaba mezclado con el resto de los sumariados en la cárcel de Bayamón. Su situación, sin embargo, era delicada. Estaba allí porque había sido imputado de agresión sexual contra una empleada de la iglesia Santa Ana, en la calle Tetuán en el Viejo San Juan.

"Cuando llega una persona en ese tipo de situación siempre los presos quieren actuar", recordó el hombre, quien llegó de su natal Haití hace alrededor de siete años. En esa nueva parte de la cárcel un hijo del exsenador Antonio Soto, mejor conocido como "El Chuchin", lo protegió ante las amenazas de algunos de los reclusos.

Recuerda las fechas del caso como si fuera ayer. Estuvo en total 61 días tras las rejas. Entró el 26 de abril de este año. "Estuve muchísimo tiempo sin dormir. Fue un vía crucis", recordó.

Ya Prophil sabía de las amenazas que había en su contra de fabricarle un caso, según explicó. "Maldito haitiano, que te voy a fabricar un caso que ni el diablo te va a sacar", fue la amenaza que escuchó. Prophil cree que quien lo acusaba tenía intereses económicos y tenía prejuicios porque es negro.

"Yo pensé que todo era una injusticia desde que entré en la Sala de Investigaciones, porque en muchos países los negros no tienen reclamación. Hay racismo en todos lados. El caso mío, la acusación, viene del racismo", dijo.

Mientras...

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