Intensa competencia entre las olas

Como ocurre con otras disciplinas, la pesca deportiva no es para todo el mundo. Presenta sus dificultades, su presión y, claro, se requiere de habilidad -y mucha paciencia- para practicarla.Desde el pasado miércoles hasta mañana, domingo, más de 40 embarcaciones compiten en la edición 65 del Torneo Internacional de Pesca del Club de San Juan. Es el certamen de pesca de peces de aguja más importante del país, el que cuenta incluso con equipos internacionales. Este año, hasta un equipo de Sudáfrica se apuntó.El pasado miércoles, en el primer día del torneo, El Nuevo Día acompañó al equipo de la embarcación High Cotton para vivir la experiencia de pescar y competir en las aguas del océano Atlántico, al norte del país.Las primeras horasLa High Cotton es una lancha de 68 pies de eslora, que llegó a Puerto Rico para la competencia desde Texas, con paradas en Florida e Islas Turcas y Caicos en su travesía. El llamado "Team Cotton" fue juntado por el puertorriqueño Alberto Bachman, quien convenció a su jefe en Cotton Global Disaster Solutions de presentar un equipo en el torneo. Así se juntaron los cuatro pescadores del miércoles: Bachman, dos empleados estadounidenses de Cotton, Scott Whitehead y Michael Symula; y Fernando Pla, ejecutivo de otra empresa que realiza trabajos con Cotton en la isla.El capitán también es empleado de la empresa, el tejano Allan Legge. De hecho, Legge llegó al High Cotton apenas unos minutos antes de la salida, pues su hijo, quien era el capitán asignado, sufrió una caída al montarse en la lancha en la mañana y se fracturó un pulgar. La lesión, pese a un intento de un doctor de colocarle de vuelta el dedo, requirió que fuera al hospital y que su padre tuviera que acortar sus horas de sueño.La salida se dio media hora más tarde de lo previsto, alrededor de las 8:30 a.m., en lo que una barcaza entraba a la bahía. A la salida, todas las embarcaciones se colocan frente a El Morro y en la radio suena un conteo. Al terminar, los capitanes aceleran y se adentran en el mar de competencia.No era un buen día para navegar. Las olas eran fijas entre cinco y seis pies, con picos de nueve. La High Cotton embestía las olas durante su salida, hasta que a las 8:50 de la mañana se tiraron las cuatro líneas con anzuelos al agua. Con la carnada en el agua, Legge bajó la velocidad a menos de diez nudos, para que los peces marlins tengan la posibilidad de ver la carnada y agarrarla. El efecto del oleaje se siente aún más a esa velocidad, y...

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