La invasión y las ayudas federales

ANTONIO QUIÑONES CALDERÓN

ESCRITOR Y PERIODISTA

Prefiero adscribir a una pobre selección de palabras, no a otras intenciones, las palabras de la ex directora ejecutiva de las mentadas "comunidades especiales".

No hay que abundar mucho respecto a la pobreza extrema, las enfermedades que diezmaban a la población, la ignorancia en que se debatía la vida puertorriqueña y la desesperanza que cundía en el lar nativo al momento de la invasión de 1898, situación que persistiría a finales de la década de los 1930, cuando éramos conocidos como "la casa pobre del Caribe". Fueron los años en que la "generación de los treinta" hurgó en los profundos males de la vida puertorriqueña, urgió la acción reparadora de rigor y logró que el presidente Franklin Roosevelt llegara a considerar a Puerto Rico como parte integral de Estados Unidos en términos sociales y económicos y a reconocer la necesidad de una política de comprensión y justicia para su territorio del Caribe.

A ello ayudó destacadamente el talento indiscutible de miles de puertorriqueños que se dispusieron a hacer su parte en el desarrollo social y económico iniciado entonces, aportando sus habilidades técnicas e intelectuales en las artes, la ciencia, la cultura, los deportes, la tecnología y la educación. Fue la generación que quiso hacerse eco del llamado de Luis Muñoz Rivera: "Que los puertorriqueños no esperen nada de nadie; que lo esperen todo de su empuje y de su esfuerzo". Sabían, desde luego, que tenían que contar con el coloso económico del Norte para encauzar la transformación de su pueblo.

Fue Roosevelt quien inició los cambios políticos (coloniales, pero cambios en fin) de Puerto Rico, con la designación de su máximo colaborador del Nuevo Trato, Rexford G. Tugwell, quien se convertiría en principal asesor sobre prácticas de gobierno del entonces presidente senatorial Luis Muñoz Marín, quien pondría en ejecución, desde el Capitolio primero y desde La Fortaleza después, un moderno organigrama de administración pública.

También fue con Roosevelt que iniciaron las imprescindibles ayudas económicas a Puerto Rico. Y ahí está la madre del cordero. Las asignaciones de programas y fondos federales a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR